miércoles, 27 de octubre de 2010

Ratitos sueltos.

Hay que ver como está el tiempo, o debería decir… Las predicciones??? Fallan más que una escopeta de caña. Llevo un par de salidas en las que el tiempo ha sido todo lo contrario a lo previsto. He tenido la ocasión de salir a echar un rato dos días atrás. Primeramente, la idea (además de intentar pescar algo) era la de dar un paseo por la zona del Palmar. Aunque el pesquero estaba lejos, me decidí a salir por la playa de los Bateles en Conil. Así navegaría un poco por esas aguas transparentes que tanto me gustan. Cuando llegué a la orilla para la entrada al agua, allí en la arena, varios guiris del lugar me miraban como si de un marciano se tratara, uno de ellos, chapurreando como pudo, me dijo en inglés que era ingeniero y que él había fabricado también un kayak a pedales, casualidades de la vida, se quedó maravillado con el Hobie, “Muy good” decía.
Equipado con la vela y patines entré en el agua y sorteé algunas olillas que me refrescaron el comienzo. Puse rumbo a las piedras a tocar, con dos magnums hundidas como armamento.


En principio, mi intención también era la de tener una primera toma de contacto con mi nueva cámara, la Go Hero, que tras un tiempo sopesando varios modelos me decanté por ésta por su estanqueidad y calidad de grabación, además de sus completos accesorios.

Pues bien, solo tuve dos picadas, una bestial a curricán, que me dio la impresión de que fuera una chova o un espetón, y me soltó hilo de forma muy violenta(primera parte del vídeo). La otra , practicando un poco de “viniling” (llámese al jigging con vinilos), que no fue tan buena, pero se comió la cola del elemento de goma, . Por supuesto hubo escasez de viento en casi toda la tarde y solo pude aprovechar a la vuelta, que sopló el noroeste con cierta fuerza y me acercó rápidamente a la orilla . El día se quedó precioso y mientras recogía las cosas pude ver una bonita puesta de sol. Aquí Conil desde el agua y la Torre de Castilobo.


El segundo día , sin tener mucho tiempo, salí por mi zona habitual, así que viendo el día tan bueno que hacía, pensé que sería interesante dar un paseíto para mover las piernas. Solo me llevé el kayak y los pedales, más que nada por la ausencia de viento ya que mi nariz (voy a tener que cambiarla) no olió ni gota de brisa antes de llegar a la playa. Mi sorpresa fue la de encontrarme un suroeste perfecto para navegar, torneando a “fuertecito”, pero bueno, ya estaba allí con todo preparado. Otra sorpresa fue la marea que me encontré, jeje, si es que no se puede ir a lo loco. Un corrientazo de mil demonios, así que me pillaría de lleno para la salida y seguramente también al contrario para la llegada, con lo cual tanto la ida como la vuelta tocaba ejercitar las piernas a base de bien.
-Pero claro, si quiero “disfrutar” de una jornada de pesca, tengo que sufrir un poco, bueno, para que luego digan que la pesca desde el kayak es”fácil”-.
Una vez todo listo me dispuse a entrar en el agua, no sin antes observar que todo estaba bien dispuesto para cualquier imprevisto que surgiera, ya que el agua estaba movidita. Rumbo a la zona, voy colocando señuelos en mis dos cañas, una preparada con bombeta y la otra con una muestra de superficie. Tal y como paraba de pedalear, la corriente me desplazaba a dos nudos, vamos, que podía hacer curricán solo a la deriva. Poco a poco me iba alejando hacia la zona a tocar. Hoy, como las tardes se iban haciendo cortas, elegí el curri para quitarme un poco el mono del mar y pasear un poco para despejar cuerpo y mente. Y es que cuando entro en el agua, mi cabeza se olvida de todo lo demás que no es pesca y desconecto de todo lo cotidiano y el estrés del día a día. No es que yo tenga mucho estrés, no, pero bueno, esta medicina es inmediata. Imagino que a todos os pasará.
Algunos pajarillos se veían a lo lejos, así que puse dirección a ellos, había cardumen por la zona, y aunque eran difíciles de ver, ya voy aprendiendo eso de leer el mar, son algunas horas con el culo mojado. En la primera pasada por “lo caliente” una oblada me entró, hay que ver lo voraces que son. Sigo adelante y a los 300 metros de nuevo otra picada, ésta se suelta cerca del kayak, sería otra de la misma calaña.
Imagen de archivo


Vuelvo a la carga, ya no veo movimiento, así que decido dar la vuelta para dar otra pasada por la zona, pero nada, no entran. Así que vuelvo a girar y al pasar por el mismo punto, de nuevo otra oblada más tras la línea. Repito la operación en varias ocasiones hasta que el sol me lo permite y logro subir a bordo 6 obladas y ya de vuelta una jurela de gran tamaño, que creía que sería una lubina, pero no tuve esa suerte. Me quedé perplejo cuando en una de las pasadas ví un palometón de unos 6 kilos dando caña por allí, ví su silueta perfecta, impresionante su agresividad ante su comida. Al verlo, me hinché de pedalear para intentar pasarle la muestra cerca, pero no hubo suerte. Ya casi en tierra, cerca de unos roqueos, toqué algo de spinning con la bombeta, pero sin suerte. Esto último simplemente para recuperar un poco antes del trayecto final, contra viento y una gran corriente.
Cuando llegué a tierra me dí cuenta que 2 de las 6 obladas se saltaron fuera de la caja trasera, tonto de mí, que por estar atento al oleaje, ni las metí en la red, si es que a base de palos se aprende, pero bueno, aún así no escapé mal. –Hoy , un día corto, intenso y divertido- .


Aquí el vídeo.

viernes, 8 de octubre de 2010

Mala mar,¿Tiempo de qué?

De darle vueltas al tarro macho. Y es que uno no para, mientras no está en el agua solo pienso en cómo y de qué forma añadir accesorios útiles a mi montura. Llevaba tiempo dándole vueltas al tema del vivero, para tener otra opción más y poco a poco he ido masticando la forma de hacerlo sin que hubiera nada eléctrico por medio, es decir, para no depender de ninguna batería más que la que llevo de la sonda.
La idea surgió tras la colocación de una caja de las de fruta en la parte trasera, en ella alojaría dos cañeros abiertos unidos por un codo de pvc de 45º en medida de 40 mm de diámetro,con la idea de que no bailen mucho las cañas, para luego añadirle ambos tubos del mismo y acabar el remate con tubos de 50 con abocardado en el extremo para alojar mejor las cañas y endidura en la parte superior de los mismos para alojar el carrete y que quede siempre en dirección hacia arriba.
Dentro de la caja también llevo acoplado una bocina de emergencia manual, sin spray, con la que ayudarnos en caso de emergencia para hacernos escuchar.
Y por último, también en la caja, puedo añadir el vivero, que no consiste en otra cosa que un recipiente de almacenaje con dos racores, interior y exterior, para embutir los tubos flexibles. La bomba que mete agua al vivero es una manual tipo "pera" de las que llevan los tanques de gasolina de los barcos.
En la parte trasera, he acoplado un par de tubos de pvc de 32mm para alojar el carro de transporte, pues siempre me gusta llevarlo por si las moscas. Y bueno, echad un vistazo al vídeo, que aunque no está con mucha soltura explicado, con las imágenes vereis el concepto que le he querido dar a la parte trasera de mi kayak.
Un saludo a todos.