sábado, 29 de octubre de 2011

Llegaron las soluciones

Bueno compañeros, esto es como la mar, viene el temporal y luego se queda plato. Hace dos lunes (17 octubre) recibí un correo con la noticia de que mi kayak estaría el miércoles (19). Pues bien, pasó el miércoles 19, pasó el miércoles 26 y nada. Ayer otro correo comentando que ya estaba en Wind Cat House. Después de hablar con el responsable, hemos quedado en que me lo mandarán el miércoles 2 de noviembre. Ya os contaré que tal el tema, aunque os adelanto que según me informan me ha llegado un casco del año 2012, es decir, acabado de salir del horno, cosa que entiendo ya que no me van a fabricar a mí personalmente uno del 2010. Lo único que deseo es que no me dé problemas y que me dure mucho tiempo, es de entender que pueda haber un fallo de fábrica. Desde aquí quiero dar las gracias a Alberto Torné por la gestión. 
Saludos y gracias a todos por vuestro apoyo, sois la leche.

domingo, 2 de octubre de 2011

Algo de pesca.

Buenas compañeros. Ya hace tiempo que no tenía ningún encontronazo con nuestra querida mar. Pues si bien ya no arriesgo tanto como antes, de vez en cuando la confianza deja mucho que desear. Y es que hoy, sin darme cuenta se me escapó un “tú”, cosa que la mar no me permitió.

Pasaban los días después de la kedada y buscando tiempo entre las semanas pude incluir un día de pesca y señalarlo en el calendario. Un día de estos que va a todo o nada. El tema es que mi salida no podría durar más de 3 horas, así que para variar me tocaría madrugar mucho, llegar al pesquero y no titubear por el camino. Pero ya sabéis que cuanto más se planean las cosas al final es peor, soy de improvisar mucho, de no tener jornada planteada y a las 4 de la mañana ponerme a preparar cosas. No se vosotros, pero preparando las cosas, sobre todo los señuelos, yo entro como en trance y lo pongo todo para que no haya el más mínimo fallo. Preparo algunos assists para los jigs, con delicadeza y la ilusión de pensar que eso que estás haciendo, si te da buenos resultados, es doblemente recompensado. Vas entendiendo cositas, atando cabos, y poniendo en práctica tus nociones básicas.

Así que ahí estaba yo, preparando tiestos sin hacer ruido. Después de tenerlo todo listo solo quedaba ir a la playa por donde entraría al agua. De noche todavía, mi kayak estaba preparado para la batalla, así que como no había luz suficiente para ver la entrada de olas me esperé tomando un refrigerio mañanero y así tampoco perdería tiempo en comer en el agua. Saliendo los primeros rayos me dispuse a entrar por la barra de olas. Conté las series y entré sin problema alguno, había algo de mar de fondo y en la orilla se notaba. Pero cual es mi sorpresa que cuando llego a la zona segura, voy a encender la sonda y ¡¡¡¡TACHANNNN!!! No hay batería. Me la dejé en el coche. No sé ustedes pero yo tengo un proceso de montar el kayak y como lo varíe al final siempre se olvida algo.

Miré hacia atrás y vi el oleaje. Pensé “verás verás que al final con la mier….de la batería al final me la juega”. Pues sí, inicié la técnica de paleo hacia atrás para afrontar mejor las olas de proa, pero hoy, sin fuerzas apenas, no ataqué la ola como se debe. No te puedes quedar esperando la ola, tienes que remar fuertemente hacia ella y la velocidad te dará la estabilidad suficiente para sortearla sin problemas. Así que con una ola mediana me hizo perder el equilibrio y volcar. Hace ya algún año que no sentía esta sensación de impotencia. Es la primera vez que el Hobie se pone boca abajo.

Habría unos 2,5 metros de profundidad pues en la primera zambullida toqué el fondo con mi pie. Rápidamente dí la vuelta al kayak y subí todo lo que estaba atado, lo que no, flotaba. Subí de nuevo a la montura y mojadito me retiré a tierra firme. Imaginaos la situación, 8 de la mañana y primer baño, mojado hasta donde y soltando pocas y bien sonadas palabras de camino al coche.

Al volver, revisé todo el material y perfecto menos una cosa. Mi caña, a la que le tengo tanto cariño pues es la que más piezas me ha dado tiene el puntero roto. Vaya tela, es la que llevaba para vivo y hoy no me como un rosco. Me paro, miro al mar, miro al coche y valoro la situación, para colmo estoy resfriado…. Ufff, tengo todas las papeletas para volverme a casita….Pero no, para cabezón yo. No voy a echar a perder las dos horas y medias que me quedan. Me monto de nuevo y para el pesquero.

Llego al sitio, observo las derivas, complicadas hoy pues la corriente te tira para un lado y el viento para el otro, estoy un poco desorientado con este tema. Así que suelto el jig y empiezo a mover hierros. Comienzo fuerte, con 200 gramos, para luego ir tanteando al “personal”. En la primera deriva, me da tiempo a soltar el jig por tercera vez cuando de repente un elemento de los de ahí abajo comienza a tirar desmesuradamente, ¿Qué será? Es la sensación primera que se te pasa por la cabeza. Tras algunas carreras y fuertes tirones un hermosa sama hace su aparición. Que bonita..... increíble.

Tras el combate me dispuse a tocar otro sitio antes de volver a tierra, hoy había actividad, pero esa sama fue lo “único” de lo que pude disfrutar.

Por lo demás, ya sabéis compañeros, os deseo buenas capturas y de vez en cuando buenas sueltas.

Saludos a todos.

Raspacejo.