La semana pasada volví a la carga. Esta vez salí por las playas de Cádiz, para así probar la montura con salida de olas. Cuando llegué sobre las 7:30 AM la mar estaba buena, sin apenas viento ni oleaje. En la orilla pequeñas olas que no llegaban al cuarto metro. La llegada hasta ella hoy iba a ser un poco dura, ya que me separaban unos 75 o 100 metros de arena blanda, que con el AI cargado hasta las trancas me iban a obligar a entrar en el agua calentito. Pero la ilusión hace mucho, y me busqué las mañas para que se hiciera lo más corto posible. Tengo pendiente añadir dos ruedas más en paralelo al carrito, para que así cuando vaya con los patines y todos los bártulos no se hundan tanto en la arena blanda, la semana que viene haré el experimento aprovechando que hacemos un nuevo carro para la montura de Chapetón.
Una vez en el agua, fui empujando el AI hasta hacer un poco de fondo, para tener margen para las aletas, y una vez adquirido, solo tuve que subirme sin miedo a volcar y empezar a darle a los pedales. En un plis plas me quité de en medio. Mi objetivo se encuentra a unos 3 kilómetros de la salida, una laja inmensa por la que nunca me he metido con mi anterior kayak.
Con unos 800 metros recorridos, veo a lo lejos un kayak amarillo, no dudo en acercarme, creo que sé quien es jeje. Efectivamente a medida que estoy cerca veo que es Chapetón. Saludos previos navegamos juntos un poco en paralelo, y en breve decido tirar para “lo hondo” ya que he visto unos pájaros dando un poco el cante. Chapetón decide seguir por la misma zona.
El viento parece que se viene arriba, despliego las alas y comienzo a volar despacito, poco a poco voy llegando al sitio. Da alegría cuando llegas a unas piedras desconocidas para ti, las ves en la carta, te imaginas como pueden ser, pero cuando llegas a ellas, es diferente, empieza el estudio detenido del fondo, los picos, las caídas, las brechas, en fin, como un mundo nuevo por descubrir.Una vez en el agua, fui empujando el AI hasta hacer un poco de fondo, para tener margen para las aletas, y una vez adquirido, solo tuve que subirme sin miedo a volcar y empezar a darle a los pedales. En un plis plas me quité de en medio. Mi objetivo se encuentra a unos 3 kilómetros de la salida, una laja inmensa por la que nunca me he metido con mi anterior kayak.
Con unos 800 metros recorridos, veo a lo lejos un kayak amarillo, no dudo en acercarme, creo que sé quien es jeje. Efectivamente a medida que estoy cerca veo que es Chapetón. Saludos previos navegamos juntos un poco en paralelo, y en breve decido tirar para “lo hondo” ya que he visto unos pájaros dando un poco el cante. Chapetón decide seguir por la misma zona.
Comienzo a investigarla, veo lo que se cuece debajo mía, algunos puntos de actividad marca la sonda, pero nada grande. Mientras hago curricán, voy anotando en el plotter puntos que pueden parecer interesantes para posteriores salidas. El viento sube (noroeste) y me premia con más velocidad, pero recojo media vela para ir tranquilo, hoy es día de observación. En breve decido acercarme más a tierra pues la mar se pone regular y a medida que lo hago, el viento deja de soplar hasta quedarse prácticamente nulo. Voy en busca de menos fondo, una laja de unos 3-4 metros de profundidad. Veo chapoteos por encima del agua, quizás caballas… Doy continuas pasadas sin resultado. No es normal, el pescado berrunta algo, que al día siguiente me certifica el levante que saltó. Sigo con mi ruta, vuelve a saltar el viento y decido tirar dirección este a pasear por zonas menos profundas. Voy ciñendo y virando poco a poco, acercándome a mi objetivo, cuando llego doy media vuelta para buscar el punto de salida y tenerlo cerca. La mar está regular, el color no termina de mejorar para el curri, pero por lo menos me divierto navegando. Decido antes de tirar para tierra tocar de nuevo la laja de menos profundidad, un par de pasadas y la caña de mi derecha parece que arrastra algo, ¿Será un pez? No sé, no lo tengo claro, la recojo y es un trozo de bolsa que guardo para tirar en la basura de la salida. Vuelvo a echar la caña y el carrete de su opuesta comienza a sonar, una picada brusca, pero de no mucho tamaño. Me hago con ella y en breve aparece una oblada de buen porte, muy apretada ella, que decido llevarme para la cena.
A lo lejos gaviotas, viento en popa y a por ellas!!! Cuando llego, subo a bordo un gran cuerpo de choco, ya sin cabeza por las gaviotas, pero aprovechable, y de momento ¡¡Otro a lo lejos!! Voy corriendo y éste si está más entero, hay que ver…. Soy un carroñero macho, pero bueno, con papitas estarán muy buenos sin duda alguna. En fin, hoy otro día de bolo en lo que a capturas de porte se refiere, ya van dos salidas, ya queda poco… Me voy para tierra con 27,6 kilómetros recorridos, y un frío que he pasado de mil pares, que han hecho que me lleve una semana con un buen resfriado. Si es que tengo que hacerme con textil para el viento y el frío, porque si no, el AI acaba conmigo.
Saludos a todos compañeros, gracias por vuestra visita. Aquí tenéis un pequeño resumen de la salida. Si picais dos veces en el vídeo lo vereis mejor desde la página original.