Hay días en los que, desde primera hora se intuye la buena suerte. Días puntuales marcados en la nariz de uno, y que, días antes ya se puede ir oliendo escama. Esos días no se pueden dejar ir, yo, incluso si mi trabajo me lo permite, intento echarme al agua sí o sí.
Es por ello que programé una salida que tenía buena pinta. El relato se repite tras cada salida, preparación de material, observación de previsión y madrugón al canto. Temprano llegó la primera picada, que, nada más llegar el pasto al fondo, una hermosa sama abusó de el. No tiraba "excesivo" así que pronto pude hacerme con ella.
Como era tan temprano y el día estaba tan buenísimo, decidí quedarme a disfrutar del mar algo de más rato. Al poco, de nuevo otra picada que no movió excesivamente el "churro". Otra sama venía tras la línea, esta vez tragada y mas peleona que la anterior, imagino por el margen que le dejé antes del combate. Le llegó el anzuelo hasta pasadas las agallas, tanto es así que no pude ni retirarlo, tuve que cortar el nylon.
Como era tan temprano y el día estaba tan buenísimo, decidí quedarme a disfrutar del mar algo de más rato. Al poco, de nuevo otra picada que no movió excesivamente el "churro". Otra sama venía tras la línea, esta vez tragada y mas peleona que la anterior, imagino por el margen que le dejé antes del combate. Le llegó el anzuelo hasta pasadas las agallas, tanto es así que no pude ni retirarlo, tuve que cortar el nylon.
Allí me quedé un ratillo más disfrutando de la charla con algún compañero que llegó al poco. La jornada estaba concluida con un par de buenos ejemplares, que sin llegar a ser excepcionales, daban el tamaño bueno.... que no entren en la bandeja del horno.
Como casi siempre, pude filmar las dos capturas, espero que os guste. El vídeo está dedicado a mi tío Pepín, una buena persona que nos dejó el año pasado, señor en toda regla.
Saludos.
"Raspacejo"