Cierto día recibí una llamada del compañero Javier "Kameta" comentando que algo gordo se iba a cocer, algo que nunca se había hecho por las latitudes en que nos movemos, algo que podría suponer una opción más a disfrutar de nuestras pequeñas monturas.
Pasó el tiempo y se creó el grupo "Mar adentro", creado para añadir ideas, conocimientos y compartir opiniones de lo que en unos meses, se podría llegar a realizar.
La idea era montar un grupo de kayaks en una embarcación de gran eslora y adentrarnos en la mar en busca de grandes piezas, sin ningún objetivo concreto, sólo grandes piezas.
Después de mes y pico de mensajes, charlas y opiniones personales, pudimos concretar algunas fechas para las distintas salidas que se iban a planear, a lo largo del verano. Teniendo en cuenta, lo primero, la meteorología. Tendría que ser un día casi perfecto, pues adentrarnos a batimetrías cercanas a los 100 metros conllevaba alejarnos bastante en la embarcación y no podíamos jugárnosla con cartas mediocres, había que ir sobre seguro.
Fue por eso que las fechas iniciales se retocaron, pues cuadrar a todo el personal para que pudiera, buen tiempo y disponibilidad de la embarcación, era una tarea bastante difícil.
Tras un par de semanas "que si sí, que si no", al final pudimos dar con el día X.
Los días previos, el nerviosismo estaba presente en el grupo. Ibamos a ser los primeros en disfrutar de una de las jornadas especiales que se iban a llevar a cabo a lo largo del verano. "Yo voy a llevar esto, yo aquello, tengo que preparar..." fueron las frases de la semana antes de la salida.
Llegó el día y allí estábamos los 8 preparados para embarcar en el "Hercules III".
Temprano embarcamos los kayaks y todo el material, empezaba lo bueno....
Borja (Rodi), Antonio (Nitido), Antonio (Aparron), Miguel (Thelva), Jesús ( Sheitan), Javier (Kameta), Ramón (Reymon) y aquí el que escribe, entrábamos en una nueva aventura para todos.
Ya en el barco, todavía se notaba más el nerviosismo del personal. El viento soplaba largo, la mar estaba picada, parecía que se estaba complicando el día. Cuando llegamos a la zona elegida por los patrones, empezamos a prepararlo todo para desembarcar los kayaks. Tarea peligrosa por como estaba la mar, la previsión había fallado un poco. Con sumo cuidado fuimos echando los kayaks al agua y embarcando como pudimos, a los 20 minutos, estábamos todos en el agua.
Que descaro....fue mi primer pensamiento cuando monté en el kayak y me quedé allí solo, en medio de la mar. Puse la ganancia de la sonda a tope, estábamos entre 60 y 70 metros de agua, quería ver con total claridad lo que debajo mía había.
Mis padres, fueron como barco de apoyo, y ya estaban por la zona. Comenzamos a palear en busca de algo que pinchar, en principio algún túnido, o rebuscar en el fondo alguna pieza de porte.
El primer problema que nos encontramos fue la distancia que teníamos que palear, allí fuera, "todo está muy lejos". Algunos compañeros, al cabo de un par de horas, decidieron abandonar los kayaks y disfrutar del curri en barco. Otros nos quedamos dale que te pego al curri y cuando veíamos alguna manchita, al jigging.
Algunas caballas entraron y pusimos de cebo, pero con poca suerte por parte de los kayakeros, y tampoco los que se embarcaron. El viento se fue, la mar se quedó totalmente plato, y con una claridad espectacular, parecía una piscina.
Estábamos muy dispersos, yo fui buscando más metros, y mis padres estaban cerca, de repente, escucho a mi madre que me llama gritando y al mirar, veo dos marlin por la popa de su barco. Se lió..... A mis padres les habían entrado un doblete de marlines.
Viendo la situación, no dudé en acercarme a ayudar a mi padre, pues mi madre no usa las cañas, sólo el cordelillo, y allí estaba Pesscador con dos picadas y dos marlines tras la línea, un caos.
Mientras mi padre peleaba uno, me hice con la otra caña y empezó lo que íba a ser el combate de mi vida. Rápidamente, me separé del barco, pues el marlin me arrastraba a buena velocidad. En breve mi padre me comunicaba por la emisora que había perdido la otra picada.
Me di cuenta que tras la línea estaba el marlin mayor de los dos que habían entrado, se me fue al fondo y no tenía forma de acercarlo al kayak, era imposible moverlo, teniendo en cuenta que llevaba un 0,45 de madre y una punta del 0,80.
Sólo el tiempo sería mi aliado para cansar al pez. Poco a poco iba recuperando como podía y de vez en cuando se volvía a ir al fondo. No sé exactamente cuanto estuve liado, perdí la noción del tiempo con la excitación, pero cuando vi el lomo plateado bajo mi kayak, el punto de adrenalina llegó a la cúspide.
Kameta llebaba por mi popa para echarme un cable. Como pude, lo acerqué al kayak y cuando vi la "espada" salir del agua y dando "machetazos" de un lado a otro.....uffff, no me lo pensé y lo agarré del pico. Mi afán era sacarlo del agua, para pararlo un poco y no sé como, pude subirlo a bordo. Me quedé sin palabras, la emoción pudo conmigo. Tras las fotos de marras lo solté y vi como se alejaba lentamente de mi kayak, fue una pasada lo vivido......
Pasado el momento, llegó la hora de marchar, no sin antes darnos un baño y disfrutar de una última captura, un "marrajo" en realidad caella, que empezó a rondar por entre los kayaks, curioseando....en mal sitio se metió jeje, en breve, todo tipo de jigs, señuelos, vivos, muertos, se le acercaron jeje hasta que sucumbió a los placeres de "Reymon" que pudo hacerse con él.
De vuelta a tierra dábamos por concluida la jornada del año, excepcional sin duda. Un placer para mí el haber compartido un día así con vosotros. Dar las gracias a Javier "Kameta", que fue el que organizó toda la salida. Aunque ya visteis parte, aquí os dejo unas tomas inéditas de la jornada. Espero que os guste.
Saludos a todos.
"Raspacejo"