Ya llevaba más de un mes en seco. Necesitaba del mar en mis pulmones. La nostalgia de sentir el agua en mis manos, la brisa en mi nariz y el reflejo del sol en mi cara. Parece mentira, pero estas sensaciones de añoranza son las predominan en el día a día, entre jornadas de pesca. Mi vela no se mojaba desde este verano, y ya necesitaba hacerlo, no podía esperar más. Una tarde cualquiera, con mal color de mar fue la elegida para echarme al agua, solo un par de horas, lo suficiente para despejarme y sentir la libertad que nos aportan nuestras monturas mojadas en agua salada.
Tras tanto tiempo sin humedecer el trasero, hay que tener especial cuidado en los preparativos previos a la jornada, pues aunque no queramos se pierde la práctica. En esta ocasión me tuve que dar la vuelta por el chaleco, imprescindible por supuesto. Al llegar a la playa, la tranquilidad del otoño hace presencia en la arena. Apenas un par de surfcasteros poblan la orilla de Sancti Petri. Tras preparar los bártulos solo me queda echarme al agua y bautizar el nuevo casco. Al comenzar a navegar, ya se nota el frío en la cara, el agua está notablemente fría, entramos en la recta final del año.
Sensaciones nuevas me aporta este nuevo 2012. El cambio de sitio de algunos elementos se notan en los primeros minutos de navegación. Ya en el transporte he notado algo. Lo que creía que me iba a suponer el mayor trastorno no ha sido más que un pequeño impedimento, el timón. No he tenido que hacer nada más que tener algo más de cuidado. Lo único es que me sobresale algo más de la trasera del coche. Por lo demás ningún problema. Volvemos al agua.
La segunda percepción ha sido a través del mando del timón, cambiado de sitio y algo más susceptible a posibles golpes o roces, ya que está casi en la línea de la borda del kayak. Sin embargo a esto lo suple la mejor maniobrabilidad y efectividad del mismo. El Adventure es más preciso en sus movimientos, lo que antes tenías que prever con algo más de antelación, con este nuevo sistema mando/ timón te permite tener más precisión. Al ser más robusto y rígido le da una maniobrabilidad mucho mejor.
El asiento lo he tenido que regular, pues las cogidas de las cinchas delanteras han cambiado de sitio. Están algo más atrasadas que el anterior. A mi modo de ver es algo más cómodo y no será tan agresivo para los pantalones de neopreno a la hora de pedalear (véanse mis caderas en el neopreno anterior). Por lo demás, casi todo sigue en su sitio, básicamente, sigue siendo el mismo.
Bueno no, la estanqueidad ha mejorado, al final de la jornada había muy poco agua en su interior, menos de un vaso. Quizás el engomado nuevo del tambucho delantero haya hecho efecto. En breve le colocaré algunos vinilos para personalizarlo un poco, lo veo algo "desnudo".
Seguimos en el agua…. Viento del sur 10 nudos teníamos en la tarde. El agua tornaba verdosa, muy tapada. Con éstas condiciones me conformaba con llevarme algo a la mesa para la noche, así que manos a la obra.
Tras varios minutos de haber soltado el señuelo, un gran tirón me sorprende…¿Enganche? No, no puede ser, pero quedó en eso, no estuve lo suficientemente rápido y encima el carrete lo llevaba demasiado fuerte. Sea lo que fuere, seguro que se desgarró.
Me encanta la librea de este bicho.
La segunda, va a ser la pieza del día, otra baila que puede “sobresalir” del plato.
En fin, no os puedo contar más, de momento es lo que hay. Espero volver al agua en estos días…. Con esta foto sobran las palabras.... libertad y desconexión.
Un fuerte abrazo compañeros.