Pues bien, aunque la previsión del tiempo parecía que no iba a acompañar, el viernes sobre las 18:00 inicié mi pequeño viaje de 250 kilómetros con el kayak en la baca y con el coche lleno de bártulos preparados para la acción. Llegando sobre las 21:00 Arturo me fue a buscar al cruce donde quedamos y después de los saludos previos y recogida del amigo Francisco Kurricán nos dirigimos al chiringuito donde anteriormente habíamos quedado con MiguelMQ y Jesús Valero para cenar. Ya en la cena me di cuenta la magnitud del acontecimiento y de la buena organización del mismo, así que la cosa prometía.
Recapitulando instrucciones de Arturo sobre la mañana del día siguiente cerramos el festejo para dirigirnos a descansar, ya que pasadas 6 horas debíamos estar a pié de playa para preparar nuestras monturas y comenzar la ruta hacia el pesquero. A las 6:00 am estábamos ya en el aparcamiento que teníamos reservado para los miembros del evento, por supuesto, gracias a la intervención de la organización con el Ayuntamiento. Algunos miembros del grupo ya estaban allí y en breve comenzaron a llegar más compañeros, Rafa Bomber, Boinajj, Kabezon… Así que me puse manos a la obra y empecé a preparar mi kayak y poco a poco nos fuimos agrupando en el agua el primer grupo. Mientras íbamos hacia la zona tres (la más alejada) comenzamos a escuchar a compañeros por la emisora, comentando su llegada y posterior salida hacia mar adentro. Tres grupos y tres zonas dividíamos la concentración para a posteriori, reunirnos todos en la orilla después de la jornada de pesca.
Me impresionó la facilidad con que se coge profundidad en aquella zona, unos 40 metros a escasos 2 kilómetros de la orilla, cosa impensable en la zona donde habitualmente pesco. En la sonda se reflejaba una gran cantidad de actividad de camino a la marca y ya en ella me pareció un fondo de muy buena calidad y que seguro que nos aportaría buenas piezas.
Comenzamos a subir y bajar los jigs pero no nos dio tiempo de capturar nada cuando el viento hizo presencia y poco a poco su fuerza nos hizo desistir y nos invitó a marcharnos por nuestra seguridad. En breve, mensajes de la organización a través de las emisoras, nos iban informando en todo momento del estado de la mar en las diferentes zonas y los compañeros de la orilla de lo que se cocía por allí. Dirección a la zona 2, y abriendo el grupo comencé a remar con dificultad a causa del fuerte viento y las olas. En último lugar y cerrándolo, Caballa se percataba de que no se quedara nadie en el tintero e iba dando la novedad cada poco tiempo. En tierra, Owen nos dirigía con sus mensajes y los demás compañeros nos señalizaban las zonas por las que había menos oleaje para desembarcar. Después de los 3,5 kilómetros de vuelta contraviento y marea llegábamos a tierra exhaustos por el gran esfuerzo realizado, no obstante, siempre quedaban fuerzas para ayudar a los demás compañeros que llegaban a tierra firme con más o menos dificultad.
Sobre las 11:00 am ya estábamos todos en la orilla y poco a poco comenzamos la “otra” parte de la kedada. Un tenderete con bocadillos, patatas, frutos secos y bebidas entre otras cosas nos empezaba a recuperar de la breve jornada.
Arturo llamando al personal para meter mano a la mesa
Entre picoteos, comenzaban los “cursos avanzados” de pesca, muestra de trucos, montaje de bricos y entregas de obsequios a los que veníamos de fuera.

Es impresionante la de detalles que han tenido en cuenta el grupo Peskama, todos de agradecer sin dejar de prestar atención a todos los allí presentes. Por supuesto no pudo faltar el bautizo de nuestras embarcaciones de mano del maestro Boinajj, siempre sonriente y servicial.
Gracias a todos de corazón.