TRES DE TRES

Las temperaturas invernales han llegado, y ya va dando pereza entrar en el agua, se está más calentito en la cama… Pero cuando un compañero te llama y te propone un buen plan, la temperatura sube sin darte cuenta.

Esto es lo que me pasó cuando Landi me escribió un mensaje para avisarme de que algunos compañeros de pesca iban a salir por la mañana. Estuve dudando un poco porque la previsión no era del todo buena. Aunque daba buena mar, el viento iba a estar largo en la mañana, y viento del norte por la mañana….pues como que te corta un poco el cuerpo.

Mientras preparaba las cosas por la noche, en una que tuve que salir al patio, me di cuenta de que el frío iba a ser la tónica de la mañana, porque habían bajado las temperaturas exageradamente. Tanto es así, que cuando llegué al coche a las 6:30 de la mañana, estaba totalmente helado y lleno de escarcha….”mierda” pensé…. El primer día del año que veo el coche helado y me voy a tirar al agua. Pero bueno, sarna con gusto no pica, y menos aún cuando hay compañeros esperando. Salimos unos 8 kayaks en busca de algún bolo mañanero, lubina, baila o lo que se presentase. Principalmente la jornada iba a estar dedicada al curricán y spinning, por lo que no me quedaba otra que dejar mis “yo-yos” en tierra y desenfundar mis cañas de “pesca ligera”, que tanto tiempo llevaban guardadas.

Mientras preparábamos los kayaks, las velas de mocos se deslizaban por encima del labio, mucho, pero mucho frío hacía.

Pronto nos echamos al agua y comenzamos a palear, algunos dirigiéndose a una pajarera lejana y otros en busca de alguna pieza a curricán. La mar no estaba malota pero el color de las aguas en la mayoría de sitios estaba absolutamente marrón.

Después de más menos una hora y media paleando, en un bajo de arena que observé en la sonda, apuré hacia la poca profundidad, y de la opacidad de las aguas salió un banco de lubinas que asesinaron a cara perro a mis señuelos. Fue como en dos veces, primero me pegaron un tirón y seguidamente otro aún más violento. Pintaba bien, pero lo que no me podía esperar es que tras la línea tuviera un triplete de lubinas. Un buen combate me dieron, imaginaos la pelea con una caña de spinning. Noté una pérdida de peso a media pelea, cosa que entendí luego cuando vi que me rompieron una de las gametas, pero con la suerte de poderme hacer con dos ejemplares. 

Me quedé muy contento porque hacía mucho tiempo que no cogía una lubina, y más aún siendo dos en la misma línea.

Me pilló justo al lado de Manolo “Pájaro” que pudo ver de cerca el combate. Después seguí dando pasadas por la zona pero ya no tuve más picadas. A las tres horitas paleando decidí retirarme, avisé a Landi por Radio y me fui a la orilla, para limpiar el pescado y enjuagar los bártulos.

Un día de muchísimo frío pero con una buena recompensa.

Saludos a todos.