viernes, 9 de enero de 2009

5 de enero 2009. La primera del año.

Días atrás han pasado de temporal y aunque el mar está todavía resentido, las ganas de sentir el deslizamiento del kayak sobre el agua salada, hacen que el frío y el mar de fondo no puedan con mi ilusión de salir a pescar con mi montura. A las 8 de la mañana estoy en la playa donde tengo prevista mi salida, y sin sorpresa alguna, observo las olas que me esperan a la entrada.
Después de montar todo el equipamiento al kayak me acerco a la orilla donde, durante unos minutos, estudio el movimiento ondulatorio antes de precipitarme y entrar en el mar ya mojado. En una pequeña pausa tiro de mi kayak y monto rápidamente, remo con todas mis fuerzas y rezo para que no me rompa una ola encima.
Con suerte puedo sortearlas y me dispongo a enfilar mi proa hacia el pesquero, no sin antes mojar una línea de curricán que no me aporta ninguna captura durante los kilómetros siguientes. Llego a la marca, el agua está fea, con muy poca visibilidad, pero eso no me impide soltar un jig y bailarlo durante algún tiempo. Después de una hora sin resultado alguno decido probar suerte en otra zona, esta vez fondeado ya que el día no está para jigear mucho. Dos veces me parte el falsete del rezón el gran mar de fondo que hay, el trajín de no estar mirando al horizonte hace que las náuseas aparezcan pronto. Por tercera vez suelto el cabo prometiendo que si se vuelve a soltar me marcho, que el día no está para pescar, pero como bien dice el dicho, "a la tercera va la vencida". Una vez bien sujeto al fondo, comienzo la suelta de cebo. Pequeñas picadas aparecen en breve, las primeras del año, subiendo a bordo mojarreo y una chopa que van devueltas por no tener el tamaño deseado. De pronto un frío me corre por la nuca, el viento aprieta y algo de neblina se apodera de mi, la costa desaparece, es la primera vez que me pasa, el no poder ver donde tengo tierra, me da algo de respeto, y ahí es donde valoro mi gps. Gracias a él, si el tiempo no mejora, puedo volver tranquilo.
Sigo concentrado en las picadas y poco a poco voy subiendo algunas piezas buenas, dos sargos gruesos con 700 y 610 gr , otros de poco menos peso, un borriquete también sube a bordo y mojarras negras de buen porte. Hoy comen muy pausadamente, el mal tiempo, el torneado de las aguas y la poca actividad imagino que tendrán que ver en todo esto.
La niebla desaparece y se va viendo la silueta de los edificios, aunque el viento aprieta otro poco, con lo cual decido irme, "ya está bien por hoy".
A la vuelta, veo mucha espuma en la orilla, mal asunto. A medida que me voy acercando pienso en la estrategia a seguir para mojarme lo menos posible, así que dirijo mi popa a tierra y doy cara a las olas remando poco a poco hacia atrás, para tener conocimiento en todo momento de la situación y no tener ninguna sorpresa. En un pequeña tregua giro 180 grados y comienzo a remar lo más rápido que puedo sin quitar la vista atrás. Logro surfear un poco una de las inevitables olas y salgo airoso de la prueba aunque con un pequeño nudo en la garganta. Al fin estoy en tierra, hoy sin duda, ha sido un día de los pocos que tengo ganas de pisarla.
Un saludo a todos.

jueves, 8 de enero de 2009

Bailando

Hola a todos, pues el viernes estuve echando un ratillo, y como la cosa tenía muy mala pinta, no pude ni enseñar mi proa al mar abierto, así que me dediqué a curricanear un poco y explorar nuevas zonas que no había tocado tan detenidamente en otras ocasiones. Había mucho viento a las 8 de la mañana, por lo que, aburrido de remar y no avanzar nada me acople en la orilla a ver que pasaba mientras desayunaba.
Suerte la mía que a la media hora el viento cambia de poniente a levante, bajando la intensidad casi a nula. Aprovechando cargué mis dos escopetas y a palear como un loco. Al poco rato unos destellos blancos a lo lejos me cantaban la presencia de pajareo por la zona y aunque lejos de mi, comencé mi avance hacia ellos. A medida que me voy acercando, gaviotas, charranes y otras aves se acoplan en el lugar formando una curiosa estampa. A mi espalda, veo que un barco se acerca, imagino que para aprovechar lo mismo que yo, así que me apresuro y en mi primera pasada triplete de bailas en las dos cañas, recojo y vuelvo a pasar, otro triplete, increíble, nunca me había pasado esto, las primeras bailas que cojo y encima de tres en tres, vuelvo de nuevo y dos en una caña y una en la otra. Que alegría me entra por el cuerpo. Pero como todo lo buen se acaba, el listo de la embarcación pasa justo por el centro de la pajarera y comienzan a dispersarse. Doy varias pasadas por la zona pero ya no hay forma, se ve que el ruido del motor ha asustado al bolo y se ha ido. En total una docena de bailas, las primeras de la temporada.
Un saludo.

lunes, 8 de diciembre de 2008

Salida 8 de diciembre 2008

Hola a todos. Ayer quedé con mi amigo Sevi para echar un rato fondeado. A las 7:30 estábamos allí nosotros, la oscuridad y la lluvia que nos acompañaba mientras preparábamos los bártulos para comenzar la jornada.
Una vez asomamos la nariz por la playa os dimos cuenta que hoy iba a ser un día "especial". De momento las olas que nos aguardaban en la orilla no eran del todo pequeñas, así que tuvimos que planear un ataque con sumo cuidado si no queríamos empezar la jornada mojados.

Con suerte pudimos aprovechar un hueco y colarnos entre unas series para posteriormente llegar al pesquero. El mar de fondo daba la nota en la orilla para dejarnos pasar a un mar abierto no tan "movido".
Tranquilamente comenzamos a remar haciendo un poco de curricán sin suerte por ninguna de las dos partes. Se veía actividad a media agua y por encima se asomaban de vez en cuando ondas provocadas por peces que irían buscando un poco de oxigeno. Llegamos a la zona y nos fondeamos juntos a mi boya, preparamos los aparejos y comenzamos la jornada de pesca. Al poco tiempo Sevi empezó a notar nauseas provocadas por el meneito que había y en breve...vomitó , así que no pudo disfrutar mucho. Las picadas eran escasas y tampoco pudo olvidarse mucho del mareo.
Al final terminamos por cambiarnos de sitio y al cambio de marea empezó a cambiar la cosa. De pronto, Sevi nota una picada que le mete el puntero de la caña en el agua, una cosa muy extraña, no tiraba con nervio, no le soltaba carrete pero tampoco le daba tregua, es como si hubiera enganchado, pero a medida que pasaba el tiempo nos dábamos cuenta de que era un pez. Tras algunos minutos de lucha, de repente es como si se fuera la tensión y comienza a recoger lentamente. Cuando está arriba nos damos cuenta de que trae el aparejo que tiene al vivo echado en la otra caña, una cosa muy extraña. Nos quedamos con las caras, yo de tonto y Sevi de fatiga mareosa mirándonos y no dando crédito a lo que vivimos en esos momentos. Tengo el video, cuando lo prepare lo pongo y a ver que opináis. Después de un rato Sevi decidió irse a palear un rato para ver si se le pasaba haciendo curri. Le dejé un plomo para que lo utilizara de profundizador y así poder tocar un poco más abajo. Yo me quedé donde mismo y comencé a notar algunas picadas y aunque muy breves, salían algunas piezas de tamaño. A los 20 minutos veo que Sevi viene de vuelta y cuando está a unos 300 metros empiezo a notar unas picadas que no son normales. Muy flojitas y sin nervio, así que me concentro al máximo y en una de ellas...ZASSS! Mi caña se dobla como nunca estando fondeada, el carrete suelta hilo y me pregunto que narices está debajo de la línea. Me sorprende ver que mi bajo del 35 aguanta unas embestidas así de fuertes y no me lo creo cuando veo aparecer un lomo rosa de las profundidades. Si señor, mi mayor pieza capturada fondeado, lo acerco al kayak y vuelve a arremeter alejándose un poco, pero menos mal que tengo el carrete un poco suelto para amortiguar el tirón. De nuevo viene hacia mi y lo pongo encima mía, un maravilloso bocinegro de 1,230 gramos. Increíble, una pasada la sensación de levantar un pez así con el bajo que llevaba. Un subidón de adrenalina sin duda alguna. Cuando lo despesco me doy cuenta de que me ha entrado al anzuelo de arriba y he perdido los de abajo y el plomo, curioso pero cierto.
Sevi se acerca con paladas lentas y me comenta que tira para tierra, que no puede más con su cuerpo, así que decidimos dar por finalizado el día de pesca. Mientras se va, yo recojo los aparejos, el rezón y me voy tras de él. En la orilla nos espera una nueva aventura, que con suerte no nos castiga mojándonos.


Un saludo a todos.












domingo, 7 de diciembre de 2008

6 de diciembre 2008

Hola a todos. Aunque para el día de ayer daban algo de lluvia y un poco de viento me arriesgué a darme el madrugón a ver que pasaba. La idea era llegar hasta una zona que nunca había tocado para ver los resultados. Primeramente iría a una zona para practicar jigging y luego también me llevé un poco de cebo para descansar el hombro de tanto jigear. Entré en el agua a eso de las 8:30 am y mirad como estaba el agua....



El día perfecto, sin viento, ni frío ni calor, esplendido para pescar en nuestras monturas. Llegado el primer punto me puse a bailar con mi jig dale que te pego y a la hora más o menos sentí una picada que logré enganchar, unas enormes salidas de línea al frente, algunos cabezazos y en unos 5 o 6 minutos logré verle el lomo. Cuando se acercó al kayak hizo un extraño y no pude pincharlo, así que se volvió a dar a la fuga, creyendo yo que ya lo había perdido, pero al recobrar carrete de nuevo lo pude acercar y esta vez pude subirlo. Un bocinegro que me dio bastante guerra para el peso que tenía. 2,580 kg.


Poco después un barco gracioso se puso a levantar un trasmayo a 100 metros mío, así que se acabó lo que se daba. Decidí irme más adentro y tocar la parte nueva. Pero una vez en la zona la profundidad no era demasiada para el jig, así que me fondeé y probé con cebo. Primeramente no dí con un sitio bueno, así que me cambié a uno que vi llegando y una vez allí comenzaron a salir sargos de buen porte, uno que pesó 600 gramos y algunos de 500. En la foto no aparecen todos porque ya no entraban en la proa del kayak, pero habría unos 4 o 5 más. También entró un bocinegro de 550gramos.




Ya de vuelta volví a jigear un poco donde primero y a la media hora también tuve otra picada muy gorda, esta me partió un 80 por el nudo del jig. No pude ver que era pero tiraba como un condenado/a. Se llevó la muestra y me quedé con la cara de tonto, pero bueno son cosas que pasan y no me puedo quejar de como iba de cargadito.

Un saludo a todos.

domingo, 23 de noviembre de 2008

22 de noviembre 2008

Aunque esta mañana el parte daba algo de viento, me arriesgué a darme el madrugón e ir hasta la playa. Tenía pensado ir a una zona nueva por explorar, por lo menos por mi parte. El frío de la mañana me hacía tiritar mientras preparaba los bártulos.
Llegué a la zona y la actividad era nula, sobre las 10:00 empezó un viento insoportable, que hizo plantearme la vuelta. En una de las últimas pasadas logré una picada encima de la piedra, regalándome minutos más tarde un precioso dentex de 1,810gr. Poco más se pudo hacer y me quedé con las ganas de seguir en la zona, ya que me tuve que volver a tierra a causa del viento. En pocos minutos derivaba unos 200 metros de la marca y apenas se podía jigear con calidad.
Aquí unas fotillos.